En los programas de recuperación después de la guerra lanzados por el gobierno de Sri Lanka, gente en Norte y este cultivado muchos más campos de arroz como un número creciente de refugiados volvió a reclamar sus propias tierras agrícolas. Esto fue un comienzo esperanzador para los jóvenes, muchos de los cuales han gastado mucho toda su vida entre las zonas de conflicto y los campamentos de refugiados.
A pesar del apoyo político para este programa de recuperación de la guerra, los cielos parecen estar en contra de estos proyectos. Dos semanas de lluvias destruyó 404.163 hectáreas de campos de arroz cultivados y 967.155 han sido directamente afectadas por niveles de lluvia e inundaciones sin precedentes.
Estos internamente desplazados pueblos (PID), cuyas vidas sólo muy recientemente han comenzado a ver un nuevo amanecer, otra vez han sido conducidos a campos de refugiados. El peor distrito afectado, Batticaloa apenas ha comenzado recuperando de los efectos devastadores del conflicto y el tsunami de 2004. Según el gobierno, 122.047 personas de 32.641 familias en el distrito de Batticaloa se alojan en campamentos de socorro. 1.727 casas totalmente destruidas y una más 13.878 casas dañadas.
Si bien esto es en verdad lamentable, podemos encontrar comodidad pequeña en el hecho de que personas están reuniendo independientemente, cast, religión, etnia y color para apoyarse mutuamente para escapar y para superar el desastre.
Gente en todas partes, incluyendo Colombo, está recolectando alimentos y medicinas como grupos organizados y personas en vez de esperar para el gobierno o la ayuda internacional. La belleza de esta triste historia es armonía de la gente en Sri Lanka que aparece en tiempos de desastre, como lo hizo después del tsunami, a pesar de años de conflicto.
Ya han comenzado muchos de organización local para apoyar a personas afectadas en el norte y el este. Algunas de estas organizaciones aparecen aquí en la comprensión del conflicto, como la Fundación de Sewelanka, Centro para la paz y la reconciliación (CPBR) y Sarvodaya. Estas organizaciones, junto con muchos otros, ya están apoyando a las personas gravemente afectadas en el norte y el este. Señor Nirosion Perera, Coordinador de Sewelanka de paz, comentarios que ya han enviado cinco equipos a las zonas afectadas con alimentos, medicinas y otros bienes esenciales para la gente.
Tenemos que recordar nuestra historia, historias de las personas que viven en diferentes zonas del país y de sus experiencias únicas en abordar cuestiones humanitarias, a pesar de que se trata de prestación de ayuda de emergencia. Nuestras acciones en un momento como éste pueden ser tejidos en diferentes narrativas, con el potencial de ser divisivos o cohesivo. Tenemos que considerar este impacto latente de nuestras acciones y actuar de una manera que promueva la armonía entre las distintas comunidades étnicas de Sri Lanka y allanar el camino a seguir para todos nosotros para pasar a una nueva era de armonía y reconciliación.