[id caption = "attachment_50607" align = "aligncenter" width = "580"] Crédito de la imagen: Thomas Depenbusch. [/caption]
[destacado] Kirguistán ha visto …
[id caption = "attachment_50607" align = "aligncenter" width = "580"] Crédito de la imagen: Thomas Depenbusch. [/caption]
[destacado] Kirguistán ha visto graves brotes de violencia desde su aparición como un estado independiente [/standout] Kirguistán ha enfrentado a una variedad de desafíos desde su aparición como estado independiente después de la desintegración de la Unión Soviética. Dos graves brotes de violencia se han producido en los últimos veinte años, tanto durante los períodos de confrontación política, con líderes políticos de reemplazar las viejas elites y el gobierno central debilitado por cambios alrededor de él.
El primero ocurrió en la década de 1990, cuando el sur de Kirguistán fue escenario de disturbios entre entre kirguises y uzbekos. Eventos similares ocurrieron en 2010 cinco años después de la 'revolución de los tulipanes' - cuando miles de personas huyeron de la violencia que condujo a 400 muertos en Osh y Jalalabad.
El Gobierno ha intentado desde entonces trabajar sobre las relaciones entre etnias y entre comunidades, entre las poblaciones Kirguisa y uzbeka del país, como con el concepto de unidad nacional y las relaciones Washington-étnicos en la República Kirguisa, que fue firmado en 2013. Esto se pretende crear las bases para la consolidación de un estado Pacífico y la sociedad, aunque ha enfrentado a problemas en la aplicación.
Otros temas en Kirguistán derivan de conflictos territoriales sin resolver y asuntos de gestión fronteriza en el valle de Fergana, que Kirguistán comparte con otros países y donde la competencia por recursos y tierras de cultivo está creciendo. El área tiene capacidad para casi un cuarto de la población total de Asia Central en menos de 5 por ciento de su territorio, y enfrentamientos sobre problemas de la frontera han intensificado progresivamente desde la caída del comunismo.